Fosa Común (segunda parte)

El tiempo apremiaba, ya que los cuerpos estaban descomponiéndose, la piel ennegrecida se resbalaba de algunos cuerpos, haciendo nuestra tarea más difícil y lamentable. El hedor se había vuelto algo habitual en el antes hermoso lugar que llamábamos hogar y las moscas se volvían nuevos invasores que rápidamente se apropiaban del lago. El hedor y la decadencia se pegaba en nuestras manos. Las lavamos en el lago, y este también se volvió rancio.

Panóptico

Esta última pregunta me hizo ponerme de pie y acercarme a la salida de la celda, pero la imagen de la torre central me detuvo. Ni siquiera quise acercarme lo suficiente como para ver una parte del pasillo. Decidí volver a entrar y sentarme, dándole la espalda. No quería sentir su presencia, y el desesperante vacío de la habitación blanca era menos intrusivo que la maldita torre.

Breve visita al foso

El ojo izquierdo de Mishka se posó sobre la mira de su rifle energizado por Unbinilio. Ya había identificado las ventanas donde debía disparar. Había tres guardias que protegían la habitación de Lanika, cada uno con un recorrido diferente que pasaba por tres ventanas. Miska se mantuvo recostada por casi una hora a la orilla … Read moreBreve visita al foso

La Batalla Final

Durante el 2020 participé en el torneo literario del blog Fantástica sin Fronteras (ahora llamado Blog Apipolai). Luego de ser elegido campeón publiqué la mayoría de los cuentos con los cuales participé (acá están todos), pero faltaba uno. Este cuento, La Batalla Final, es con el cual gané la final. El cuento debía cumplir con … Read moreLa Batalla Final

Descarnado

Intento moverme, pero no puedo. No es sólo por la desconexión de mi mente, sino que también hay cuerdas en mis piernas y brazos. Están muy apretadas y me provocan un profundo dolor. Mientras me hago más consciente el dolor se intensifica. Las amarras juntan mis piernas con mis manos por mi espalda en una posición también muy dolorosa.

El secreto

Simplemente apareció ahí, en un rincón al fondo de la mente, en una esquina oscura. Poco a poco se volvió más importante, y de pronto Juan se sorprendió a sí mismo dedicándole al menos un minuto al día al desarrollo de esta idea. Se mantuvo completamente indescriptible, inexplicable con palabras, pero siempre presente, como un sentimiento, un sabor intelectual, un color espiritual, imposible de tomar, imposible de entender, pero sumamente