Netflix en cuarenta: Errementari

Anoche decidí ver otra película de horror en Netflix. Esta vez quise ver la primera en la lista, o sea, decía que era 97% para mí. No se muy bien qué significa esto, pero quise poner a prueba al algoritmo. Se trataba de una película vasca llamada Errementari, de la cual no sabía nada. Sin embargo, la descripción llamó mi atención por el sólo hecho de tratarse de una adaptación de una leyenda vasca, además de contar con Alex de la Iglesia en la producción. Esto elevó un poco mis expectativas, pero la verdad es que estas quedaron muy por debajo de lo que presencié al final. 

Afiche de Errementari

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La historia de Errementari se sitúa en una aldea vasca algunos años después de una guerra en la mitad del siglo 19. En esta aldea vive un siniestro herrero, quien desertó de la guerra para volver con su esposa, y para lograrlo hizo un pacto con el diablo. Gracias a una curiosa e inoportuna huérfana y a un burócrata que busca encontrar una cantidad de oro robada que supuestamente guarda el herrero, descubrimos algunas interesantes revelaciones que llevarán a un desenlace lleno de magia negra y un vistazo a las creencias de antaño sobre demonios y el más allá. 

Si bien la historia parece simple, la manera de contarla es interesante, sin tener un protagonista claro. En un comienzo, según la descripción y las escenas iniciales, es el herrero quien protagoniza la historia, pero luego parece ser la niña quien mueve la trama, para que durante el tercer acto sean el herrero y varios demonios con nombres de bandas de black metal, quienes se vuelvan los protagonistas.

La utilización de un relato antiguo como inspiración no se detiene ahí. El folclore y las creencias populares inundan el largometraje, siendo estas fundamentales para el desarrollo de la trama. Además, la ambientación, el maquillaje, los vestuarios y la dirección de arte en general le dan una imagen y una atmósfera especial al film, algo que la hace destacar en el cine de horror actual. Incluso, el uso del idioma Euskera (y al parecer un dialecto en desuso según lo que leí después) aporta a la atmósfera campestre, oscura y mágica. 

Tal vez, se podría argumentar que la imagen HD (y creo que también está filmada a 60 cuadros por segundo) juega en contra de la ambientación, haciendo demasiado evidentes algunos sets, el maquillaje y especialmente la caracterización de los demonios. Por otro lado, creo que esto aporta a una cierta sensación de teatralidad, sin hacerlo falso. Creo que lo que salva a la película en ese aspecto es la iluminación que en algunos casos hace que se vea casi como una obra de expresionismo alemán. También las actuaciones son sólidas, especialmente considerando que hay varios personajes de niños que interpretan sus roles muy bien. 

Otro Afiche de Errementari

Con todo lo dicho anteriormente, creo que queda claro que esta película tiene una atmósfera hermosa y oscura, pero cabe preguntarse si esta es una película de horror propiamente tal. Es verdad que cada vez es más difícil sentir miedo con una película, sin embargo, hay muchas que logran algo más cercano, o que nos hacen pensar “si, me habría asustado con esto hace diez años”. Creo que el caso de este film no es tal. Si bien, tenemos todos los elementos que pueden estar presentes en el terror, creo que está filmada con otra intención. El sentido del humor que se hace presente de vez en cuando (tal vez influencia de Alex de la Iglesia) y el diseño de los personajes satánicos me hacen pensar que más bien se optó por contar la historia demostrando todo el amor, respeto y fascinación posibles por el material original. A veces, sin dejar de pensar que estaba viendo una obra hermosa, sentí que se situaba en el límite entre los kitsch, la comedia y una historia oscura con una atmósfera que lentamente llega a un hermoso clímax inesperado. Con lo dicho anteriormente se podría pensar que se trata de un caos tonal, pero creo que más bien se encuentra en un equilibrio perfecto. 

Creo que sin ser un film propiamente de terror, cualquier amante de la oscuridad o que sienta fascinación por el folclore y las historias sobre demonios y seres sobrenaturales que contaban las abuelas podrá apreciar mucho este largometraje. Incluso un espectador sin una preferencia de género en particular podrá disfrutar el hermoso trabajo que se ha realizado en este film. 

Veredicto: Véala con una copa de vino o con una cerveza negra.

¿Satanás? no, en realidad es sólo uno de sus mensajeros.

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