Luego de hacer dos reseñas en la sección Netflix en Cuarentena me tomé un largo receso. Y es que estar 24/7 con niños en la casa no da mucho tiempo para ver películas de horror, ni menos para escribir sobre ellas. Finalmente pensé que la cuarentena iba a acabar pronto y ya no valdría la pena recomendar pelis de horror para pasar el tiempo. PEEEEERO pasa que la cuarentena se ha alargado más de lo que me habría esperado, y aunque no vivo en una ciudad con cuarentena total, parece que estaré por largo tiempo con toda mi familia en casa escribiendo recomendaciones de films hórridos para ver encerrados.
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Luego de esta explicación vamos por el largometraje que nos toca hoy: Annihilation (Aniquilación). Protagonizada por Natalie Portman, es una película de ciencia ficción con toques de suspenso, terror y con mucho material para conversaciones filosóficas. Cuenta la historia de Lena, quien se une a un equipo de mujeres, todas científicas o con conocimiento en diferentes áreas, para explorar un extraño lugar llamado “The Shimmer”. Cabe mencionar que, aparentemente, el esposo de Lena ha ido a investigar ese lugar y volvió… cambiado. El film hace un buen trabajo creando expectación sobre el lugar y las implicaciones que podría tener su exploración.
Este lugar llamado “The Shimmer”, parece tener una frontera que la separa la realidad, y al otro lado todo es particularmente extraño. Este lugar está creciendo y acercándose cada vez más a la civilización, convirtiéndose en una amenaza. Una vez que el equipo entra a “The Shimmer” nos encontramos con un hermoso e inquietante espectáculo de una naturaleza enrarecida, donde los colores son muy llamativos, aunque se puede percibir que no están bien, y donde muchas cosas se ven naturales y artificiales a la vez. Es muy difícil poner en palabras lo que ocurre al observar el lugar que las mujeres exploran, y creo que eso demuestra el buen trabajo del director Alex Garland y los equipos de arte, fotografía y efectos especiales.
Es interesante cómo la historia se toma su tiempo en comenzar, especialmente mostrando los dramas de Lena antes de ir a su misión. Esto nos permite conocer mejor al personaje y que nos importe lo que ocurre con ella, sumando a la tensión cuando se encuentra en peligro. Igualmente, los demás personajes, si bien no aparecen en el inicio, tienen cada una su oportunidad para darse a conocer a las demás a través del diálogo y de sus acciones. Las diferencias entre ellas llevan a momentos de conflicto que, ocasionalmente, las ponen en riesgo, pero también cada una logra empatizar con los conflictos internos de las demás.
A medida que se adentran en “The Shimmer”, las protagonistas ven más y más aberraciones en el ADN de lo que hay adentro. Esto afecta a todas de distinta manera, ya sea física como psicológicamente. Los diálogos y las imágenes en cada escena plantean cuestiones que van desde la ciencia y la metafísica hasta el suicidio, la autodestrucción y la identidad.
Creo que no debería contar más de la historia para evitar spoilers, pero sí debo enfatizar que incluye diálogos profundos, escenas que pueden ser interpretadas de varias maneras, varias ocasiones en que el horror y el suspenso suben al máximo. Es verdad que la historia avanza lento, cosa que puede aburrir a los espectadores más impacientes, pero a cambio tenemos personajes y conversaciones interesantes, además de la construcción de un mundo completamente original, difícil de explicar y entender, pero con sus propias reglas que parecen tener sentido.
Sin contar el final del film, debo decir que las últimas secuencias me dejaron pensando mucho sobre qué es lo que en realidad ocurre con la protagonista y, más importante, cuál es la intención comunicacional del director (y del escritor del libro original Jeff VanderMeer). Creo que esto último refleja lo valiente que fue el equipo de esta película. Claramente no fueron por un film fácil de entender ni para ver con poca atención. Este largometraje es muy cerebral, además de empujar los límites en la escritura, el arte, la fotografía y la dirección cinematográfica. Tampoco es una película extrema ni muy exagerada, pero es única, y a estas alturas, con tantos films hechos en serie, es algo altamente valorable.
Annihilation pagó el precio de ser así de original, ya que Paramount, los distribuidores originales, la encontraron muy complicada como para mostrarla en cines, dándole espacio a Netflix para que se apropiara del título. Por un lado, esto es una ventaja, ya que es de esas películas que se disfrutan más con un vino (u otras sustancias que estimulan el pensamiento) y en la tranquilidad del hogar (una vez que los niños se quedan dormidos). Por otro lado, la desventaja más grande es que visualmente, Annihilation es maravillosa, y es una pena no poder verla en una pantalla gigante.
Es por esto último que mi veredicto para esta película es: no la veas en el celular o en un tablet apoyado en un cojín, acomódate frente a la TV más grande de tu casa y dale play.
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